Retos Económicos España 18

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Hemos superado la mayor crisis económica de nuestra historia reciente. La economía española, inserta cada vez más en la mundial, presenta buenas perspectivas de crecimiento para los próximos años, aunque en una senda ligeramente descendente y arrastrando importantes desequilibrios en su mercado laboral, en sus cuentas públicas y en su cohesión social.

La economía española se enfrenta a distintos riesgos, pero el mayor de todos en 2018 proviene, sin duda, del ámbito político. Por acción (Cataluña, inseguridad jurídica, entre otros) o por inacción (“no nos metamos en líos”), el principal peligro radica en la incapacidad de la política para encontrar soluciones acordadas que permitan impulsar las reformas que el país necesita. Hoy, en España, lo que puede hacernos perder posiciones competitivas y bienestar social es una parálisis política continuada. No hacer nada no es una opción.

Es fácil encontrar motivos para el optimismo económico que se ha derrochado este año en Davos: la crisis ha quedado atrás; el paro baja; el FMI revisa al alza las previsiones mundiales; las bolsas de valores alcanzan niveles históricos; la política monetaria sigue siendo muy permisiva sin que la inflación repunte, lo que estimula aflojar los ritmos del desendeudamiento; y el debate sobre la revolución tecnológica se aborda desde la convicción de que tendrá un impacto positivo sobre los negocios y sobre la sociedad, después de haber descubierto un nuevo capitalismo mundial capaz de ganar dinero cabalgando a lomos de los algoritmos y del big data.

Sin embargo, sería una irresponsabilidad no señalar, también, cuatro asuntos que pueden torcer ese idílico camino hacia la prosperidad indefinida. El primero es la disrupción social que provoca el paso de un modelo industrial analógico a otro digital. El segundo es que muchas de las situaciones alcistas, como sabemos ya por la anterior burbuja especulativa, no son sostenibles en el tiempo porque los ciclos existen. En tercer lugar, el impacto derivado de la amenaza del triángulo formado por: desigualdad, populismo político con deterioro de la democracia y proteccionismo comercial. Por último, los riesgos latentes de un escenario novedoso, como aquel en el que nos movemos, formado por algunas (muchas, pero no todas) empresas globales y gobiernos nacionales.

Después de la publicación de Retos Económicos 17, un informe centrado en el desempleo, la demanda interna, el sector exterior, la sostenibilidad de las cuentas públicas y la productividad, esta nueva edición pone el foco en los cinco principales asuntos que marcarán el contexto socio-económico de 2018 y que muy probablemente serán determinantes en la toma de decisiones de política económica.

En concreto, los retos seleccionados para este año son los relativos al mercado laboral, la pobreza y la exclusión social, la financiación de las cuentas públicas, el cambio climático y la transición energética y la economía digital. Valeriano Gómez, Manuel de la Rocha, Miguel Marín, Alberto Carbajo y José Moisés Martín son los cinco expertos que han elaborado cada uno de los retos respectivamente.

Cerrar las heridas del pasado

1. Crear más y mejor empleo

El paro está disminuyendo y se está creando empleo. Cierto. Pero el mercado laboral arrastra importantes problemas como el desempleo de larga duración, con riesgo de cronificarse, la excesiva temporalidad, el trabajo a tiempo parcial involuntario, las horas extra no pagadas o la devaluación salarial.

2. Reducir la pobreza y la exclusión social

Uno de los efectos de la crisis económica y de las políticas posteriores ha sido el incremento, y la cierta cronificación, de la pobreza y la exclusión social. La acción pública es más necesaria que nunca para atajar la pobreza en sus distintas vertientes.

3. Reformar las cuentas del sector público

Las medidas de los últimos años, recorte del gasto y gran subida de impuestos, no han conseguido recuperar todavía la salud de las cuentas públicas ni evitar el elevado endeudamiento público. España necesita una nueva estrategia presupuestaria que, además, debe enmarcarse en un contexto de debate sobre el sistema de financiación autonómica.

4. Reducir emisiones contaminantes según el Acuerdo de París

En 2017 se han incrementado las emisiones mundiales de CO2 y se ha alcanzado un nuevo récord en la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera. No vamos bien. Nos queda un largo camino por recorrer a gran velocidad para afrontar los retos medioambientales y reforzar la lucha contra el cambio climático en el marco del Acuerdo de París.

5. Impulsar, de manera inteligente, la economía digital

España corre el riesgo de quedar atrás en la cuarta revolución tecnológica que está en marcha vinculada a la digitalización, la IA, la robótica, el internet de las cosas, el big data… Ahí se están jugando el futuro todos los países. Y nosotros, con una inversión en I+D+i que continúa bajando pese a la recuperación, estamos perdiendo posiciones.

Autores

Jordi Sevilla

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