Comunicación y Litigios: El valor de contar con un buen portavoz

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Toda organización es susceptible en cualquier momento de verse involucrada en un conflicto judicial, lo que, de por sí, conlleva una serie de riesgos para el negocio. No sólo el resultado del litigio en sí mismo va a tener consecuencias para la compañía, sino que la forma en la que se maneje la comunicación durante dicho proceso, va a tener un impacto en la organización, más allá de lo que decidan los jueces. A los riesgos derivados del propio conflicto judicial, se añaden los potenciales daños a la reputación de la compañía u organización, que inevitablemente también acabarán traduciéndose en pérdidas económicas y de oportunidad para el negocio. Una comunicación eficaz durante el proceso judicial es clave para preservar el prestigio de la compañía ante la opinión pública.

Toda organización es susceptible en cualquier momento de verse involucrada en un conflicto judicial, lo que, de por sí, conlleva una serie de riesgos para el negocio. No sólo el resultado del litigio en sí mismo va a tener consecuencias para la compañía, sino que la forma en la que se maneje la comunicación durante dicho proceso, va a tener un impacto en la organización, más allá de lo que decidan los jueces. A los riesgos derivados del propio conflicto judicial, se añaden los potenciales daños a la reputación de la compañía u organización, que inevitablemente también acabarán traduciéndose en pérdidas económicas y de oportunidad para el negocio. Una comunicación eficaz durante el proceso judicial es clave para preservar el prestigio de la compañía ante la opinión pública.

Toda organización es susceptible en cualquier momento de verse involucrada en un conflicto judicial, lo que, de por sí, conlleva una serie de riesgos para el negocio. No sólo el resultado del litigio en sí mismo va a tener consecuencias para la compañía, sino que la forma en la que se maneje la comunicación durante dicho proceso, va a tener un impacto en la organización, más allá de lo que decidan los jueces. A los riesgos derivados del propio conflicto judicial, se añaden los potenciales daños a la reputación de la compañía u organización, que inevitablemente también acabarán traduciéndose en pérdidas económicas y de oportunidad para el negocio. Una comunicación eficaz durante el proceso judicial es clave para preservar el prestigio de la compañía ante la opinión pública.