Vivencias en una sala de crisis: errores y confusiones

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La experiencia en el manejo de crisis y en el desarrollo de simulacros permite observar la periódica aparición de situaciones que afectan negativamente al resultado de la gestión. El artículo «Vivencias de una sala de crisis: errores y confusiones» analiza hasta nueve casos que, de forma recurrente, afloran en las mesas de los comités o gabinetes de crisis y que son causa, si no se corrigen, del agravamiento del problema.

Se trata de errores sobrevenidos en los momentos de organización de los trabajos en la sala de crisis por la deficiente ordenación de la estructura de mando y roles, de la gestión del proceso por una inadecuada valoración de las percepciones externas, y de la toma de decisiones por el voluntario alejamiento de la realidad local y por la irreflexión. Detrás de cada una de estas situaciones subyace el factor humano, regido por ciertos impulsos emocionales –temor, interés, afán de protagonismo, dejación, etc.– que deben ser sometidos por la racionalidad, el método y el entrenamiento si se quiere estar seguro de resolver con éxito la crisis.

Arturo Pinedo, Socio y Director General para Iberia de LLORENTE & CUENCALa experiencia en el manejo de crisis y en el desarrollo de simulacros permite observar la periódica aparición de situaciones que afectan negativamente al resultado de la gestión. El artículo «Vivencias de una sala de crisis: errores y confusiones» analiza hasta nueve casos que, de forma recurrente, afloran en las mesas de los comités o gabinetes de crisis y que son causa, si no se corrigen, del agravamiento del problema.

Se trata de errores sobrevenidos en los momentos de organización de los trabajos en la sala de crisis por la deficiente ordenación de la estructura de mando y roles, de la gestión del proceso por una inadecuada valoración de las percepciones externas, y de la toma de decisiones por el voluntario alejamiento de la realidad local y por la irreflexión. Detrás de cada una de estas situaciones subyace el factor humano, regido por ciertos impulsos emocionales –temor, interés, afán de protagonismo, dejación, etc.– que deben ser sometidos por la racionalidad, el método y el entrenamiento si se quiere estar seguro de resolver con éxito la crisis.

Arturo Pinedo, Socio y Director General para Iberia de LLORENTE & CUENCALa experiencia en el manejo de crisis y en el desarrollo de simulacros permite observar la periódica aparición de situaciones que afectan negativamente al resultado de la gestión. El artículo «Vivencias de una sala de crisis: errores y confusiones» analiza hasta nueve casos que, de forma recurrente, afloran en las mesas de los comités o gabinetes de crisis y que son causa, si no se corrigen, del agravamiento del problema.

Se trata de errores sobrevenidos en los momentos de organización de los trabajos en la sala de crisis por la deficiente ordenación de la estructura de mando y roles, de la gestión del proceso por una inadecuada valoración de las percepciones externas, y de la toma de decisiones por el voluntario alejamiento de la realidad local y por la irreflexión. Detrás de cada una de estas situaciones subyace el factor humano, regido por ciertos impulsos emocionales –temor, interés, afán de protagonismo, dejación, etc.– que deben ser sometidos por la racionalidad, el método y el entrenamiento si se quiere estar seguro de resolver con éxito la crisis.

Arturo Pinedo, Socio y Director General para Iberia de LLORENTE & CUENCA