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La comunicación financiera es hoy día un elemento clave en la consecución de los objetivos de negocio de las compañías. Esto es aún más relevante en empresas cotizadas que, por su carácter específico, han de someterse a una serie de normas establecidas por el Regulador – la Superintendencia Financiera – y están también sometidas al escrutinio del grupo heterogéneo que suele formar el accionariado de la empresa, ya sea éste minoritario o institucional.
En cuanto a las relaciones con los inversionistas – a los cuales las compañías quisieran cautivar con sus atractivos y mantener mediante una buena relación de win-win – se trata de un vínculo basado en la confianza que genera la comunicación constante entre las partes.
Unas relaciones sólidas con los inversionistas son la salvaguarda ante cualquier eventualidad que la empresa pueda experimentar, ya sea como parte de su plan de negocio, o bien, inesperadamente. Más aún en un contexto inestable de crisis financiera global como el actual.La comunicación financiera es hoy día un elemento clave en la consecución de los objetivos de negocio de las compañías. Esto es aún más relevante en empresas cotizadas que, por su carácter específico, han de someterse a una serie de normas establecidas por el Regulador – la Superintendencia Financiera – y están también sometidas al escrutinio del grupo heterogéneo que suele formar el accionariado de la empresa, ya sea éste minoritario o institucional.
En cuanto a las relaciones con los inversionistas – a los cuales las compañías quisieran cautivar con sus atractivos y mantener mediante una buena relación de win-win – se trata de un vínculo basado en la confianza que genera la comunicación constante entre las partes.
Unas relaciones sólidas con los inversionistas son la salvaguarda ante cualquier eventualidad que la empresa pueda experimentar, ya sea como parte de su plan de negocio, o bien, inesperadamente. Más aún en un contexto inestable de crisis financiera global como el actual.La comunicación financiera es hoy día un elemento clave en la consecución de los objetivos de negocio de las compañías. Esto es aún más relevante en empresas cotizadas que, por su carácter específico, han de someterse a una serie de normas establecidas por el Regulador – la Superintendencia Financiera – y están también sometidas al escrutinio del grupo heterogéneo que suele formar el accionariado de la empresa, ya sea éste minoritario o institucional.
En cuanto a las relaciones con los inversionistas – a los cuales las compañías quisieran cautivar con sus atractivos y mantener mediante una buena relación de win-win – se trata de un vínculo basado en la confianza que genera la comunicación constante entre las partes.
Unas relaciones sólidas con los inversionistas son la salvaguarda ante cualquier eventualidad que la empresa pueda experimentar, ya sea como parte de su plan de negocio, o bien, inesperadamente. Más aún en un contexto inestable de crisis financiera global como el actual.